Palacio de Miraflores, Caracas.- Una transformación democrática era necesaria y el abanderado por el Polo Patriótico lo sabía. Había que sepultar la Carta Magna que favorecía a la burguesía, adecuarla a los nuevos tiempos y, fundamentalmente, colocarla al servicio del pueblo.
Hugo Chávez, quien lideró la rebelión cívico-militar de 1992 contra las políticas neoliberales del adeco Carlos Andrés Pérez, alzó como bandera de campaña la instalación de una Asamblea Constituyente, mecanismo orientado a la refundación de la República y la relegitimación de la democracia.
El tema no nació con la candidatura. El de Sabaneta, ubicada en Barinas, aludía al Poder Originario mucho antes de entrar a la escena electoral. En 1994, Chávez pidió al entonces presidente, Rafael Caldera, disolver el Congreso y convocar a una Asamblea Constituyente.
La propuesta de Chávez era la instauración de un sistema político, sobre la base de la igualdad y la inclusión, guiado por la voz del pueblo. El 6 de marzo de 1998, nueve meses antes de su victoria en las elecciones presidenciales, señaló que “si no transformamos el marco político, ético, jurídico, que es verdaderamente la raíz de toda la problemática nacional, aquí no habrá solución ni para la salud, ni para la educación, ni para nada”.
“La madre de todas las crisis es ética, moral, jurídica, política, no hay Estado de derecho”, aseveró en entrevista concedida al programa José Vicente Hoy, moderado por el analista político José Vicente Rangel.
Chávez conquistó la Presidencia de la República al totalizar 56,54% de los votos en los comicios del 6 de diciembre. Dos meses más tarde, prestó juramento sobre la “moribunda” Constitución de 1961 y afirmó que “impulsaré las transformaciones democráticas necesarias para que la República nueva tenga una Carta Magna adecuada a los nuevos tiempos”.
En su discurso de asunción, el Comandante Chávez anunció la emisión del decreto que convoca un consejo consultivo para realizar una Asamblea Constituyente. El referendo se efectuó el 25 de abril de 1999, resultando aprobada la activación del Poder Constituyente con 88% de los sufragios.
“Como lo dije cuando juré: (la Constitución) estaba moribunda y va a morir para que nazca otra. Tiene que morir y, junto a ella, el modelo político nefasto al que dio nacimiento en estos últimos 40 años. Eso tiene que morir”, subrayó Chávez en febrero de 1999.
La nueva Carta Magna se materializó el 15 de diciembre, luego de cuatro meses de debates en el seno de la Asamblea Constituyente. En las urnas electorales, 3 millones 301 mil 475 ciudadanos dijeron “sí” al texto legal.
El poder es del pueblo
La Constitución, que oficializó el nombre del país como República Bolivariana de Venezuela, se promulgó el 20 de diciembre de 1999 y abrió paso a la reivindicación del pueblo históricamente olvidado con la adopción un modelo participativo y protagónico, así como un sistema de igualdad y justicia social.
La Carta Magna, considerada como la más avanzada en materia de derechos humanos, fue descrita por Chávez como un texto fundamental de carácter social “con características cualitativamente diferentes que la alejan de los modelos tímidamente reformistas de 1947 y 1961”.
El nuevo documento determina como principios esenciales la protección y desarrollo de la persona, así como el respeto a su dignidad, el ejercicio democrático de la voluntad popular, la construcción de una sociedad justa y la promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo.
Sin embargo, él sabía que era ineludible perfeccionar ciertos aspectos de la Constitución a través de un proceso diario que permitiera profundizar el modelo socialista.
“Es importante insistir, recordar siempre que el proceso Constituyente no ha terminado (…) Es permanente, es una revolución dentro de la Revolución y siempre hay que estar revisando la Constitución para desarrollarla hasta sus últimas consecuencias porque todavía no la hemos desarrollado completamente”, afirmó Chávez en una entrevista al programa Dando y Dando en 2010.
Poder Constituyente
Ahora, 21 años después, Venezuela transita el segundo proceso Constituyente de la Revolución Bolivariana, luego de que el presidente de la República, Nicolás Maduro, convocara a una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) para garantizar la paz y “perfeccionar el sistema económico, social y político” de la nación.
“Si para algo es el poder de un Presidente revolucionario es para activar la soberanía absoluta del único dueño de este país, a través del voto popular, directo y secreto, bajo reglas electorales muy estrictas para la postulación y elección de una Asamblea Nacional Constituyente que tome el poder político de la Patria”, apuntó el 1° de mayo de 2017.
A partir de allí, el Poder Constituyente ha asumido la vanguardia de las cruzadas políticas, sociales y económicas, al tiempo que ha ejercido como pieza clave de la defensa de la paz ante las amenazas externas que se ciñen contra Venezuela.
Prensa Presidencial / Karelis González
