Guía para no dejarse… en la farmacia

04/03/13.- Las personas que entran a una farmacia en búsqueda de un analgésico para el dolor de cabeza o resfriado se encuentran con una gama de estos que tienen como “apellido”: forte, ultra, plus, dual plus, Max forte, pediátrico, y todo lo que sea mega ultra maxifortificado. El apelativo suena bastante bien, pero hace que, precisamente, no entre en la lista de fármacos regulados.

Al comprar un producto hay que saber qué ingredientes contiene, puesto que algunos vienen con cafeína, otros simplemente varían en los gramos o mililitros, pero esa pequeña diferencia puede pegar “forte” en el bolsillo.

La farmacéutica Marianela Padrino explica que un medicamento dura alrededor de 30 minutos para hacer su efecto terapéutico, si es tomado por vía oral, independientemente si es forte, plus, ultra, maxiultra fortificado.

El 7 de marzo de 2003 se publicó en Gaceta Oficial, número 37.645, una resolución que establece el ajuste de los precios para los medicamentos y actualmente existe una lista de más de 450 fármacos evaluados por el Ministerio de Salud como esenciales y por su condición epidemiológica.

LA PARADOJA MILIGRÁMICA

Existen en Venezuela algunos medicamentos complejos que sirven para diferentes patologías crónicas como la hipertensión, diabetes y problemas en la tiroides, muchos de estos fármacos están regulados. Sin embargo, algunos antibióticos, analgésicos y antiinflamatorios varían su precio según la presentación que estos tengan o qué tan concentrado están.

El clotrimazol es un antimicótico que viene en aerosol, gotas, spray, óvulos y crema vaginal y para diferentes zonas del cuerpo. La presentación regulada es la crema 1% que viene en 20 y 40 gramos.

Si este mismo producto tiene 2% de concentración o tiene 1% pero el empaque es de 50 mg, sale de la lista. Con la crema íntima ocurre igual, en su versión “dual” (agregando los óvulos) también está exento de regulación.

Si a un fármaco se le cambia el gramaje o concentración o se le agregan ingredientes puede variar el precio, como la marca de antiácido llamada Maalox, que viene en su versión “original”, y también en su otra presentación para el “reflujo”, ambas en suspensión, pero este último no entra en la regulación, tampoco su muestra de pastillas masticables.

Así ocurre también con el acetaminofén regulado (500 mg), y los que no en sus versiones masticable, forte, jarabe.

El equipo de Ciudad CCS recorrió algunas farmacias y observó que los usuarios compran lo que vean sin conocer la regulación.

Un ejemplo conocido es la marca Advil (ibuprofeno) de 200 mg en cápsulas blandas. Este analgésico cuesta entre Bs 25 y 40 dependiendo de si viene en 10 o 20 grageas. Pero el ibuprofeno de 400 mg sea de marca o genérico, comprimidos, está regulado y cuesta 5 bolívares.

La farmacéutica Padrino refirió que si una persona toma dos cápsulas de 200 mg es equivalente a 400 mg, y el efecto es el mismo. Entonces, si es así ¿tiene sentido gastar más por un producto que posee el mismo efecto que el regulado?

COMO EL ARROZ SABORIZADO

En 2009, Elías Jaua, ministro para la Agricultura en aquel entonces, denunció que las empresas productoras de cereales burlaron el control de precios (establecido por el Gobierno para evitar la especulación) imponiendo a las personas un arroz saborizado y con distintas presentaciones, y de esa manera pretendieron cobrar el doble del precio regulado.

De todos modos, en el caso de los fármacos, queda a juicio del médico que prescribe, o del consumidor, adquirir el medicamento regulado o no.


 

KARLHA VELÁSQUEZ RIVAS/CIUDAD CCS
FOTO MARCOS COLINA/INFOGRAFÍA IGNACIO POLO

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