Hoy se cumple un año de la convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente de la Paz

El 1 de mayo del año 2017 el Presidente obrero, Nicolás Maduro convocó a una Asamblea Nacional Constituyente para la paz y el diálogo en el país. El anuncio de esta convocatoria histórica fue realizado al recibir la marcha de la clase obrera en celebración del Día del Trabajador.

Este llamado realizado por el Jefe de Estado para una Asamblea Constituyente abrió un nuevo capítulo en la escena política de nuestro país durante la última década. En un escenario de creciente confrontación promovida por la derecha venezolana impulsó una ola de protestas violentas en las calles, a extremos denigrantes.

El Presidente respondió estratégicamente, con diálogo, con un nuevo llamado a la Paz, al orden, con política y valores socialistas, convocando al poder originario del pueblo para dirimir las controversias. Predeciblemente, la oposición calificó la convocatoria como un “golpe de Estado”, lo que dio paso a una nueva escalada a la violencia de la oposición.

Entre los otros objetivos de la iniciativa también se buscó institucionalizar el sistema nacional de misiones y grandes misiones sociales, sentar las bases jurídicas para un nuevo modelo económico postpetrolero y dotar de rango constitucional a las instituciones del Poder Comunal.

El decreto de convocatoria firmado por el Mandatario estableció: “Los y las integrantes de la Asamblea Nacional Constituyente Originaria serán elegidos o elegidas en los ámbitos sectoriales y territoriales, bajo la rectoría del Consejo Nacional Electoral, mediante el voto universal, directo y secreto, con el interés supremo de preservar y profundizar los valores constitucionales de libertad, igualdad, justicia e inmunidad de la República y autodeterminación del pueblo”.

Es de desatacar que el marco jurídico en el cual se sustentó la convocatoria contemplaba lo siguiente:

El artículo 347: “El pueblo de Venezuela es el depositario del poder constituyente originario. En ejercicio de dicho poder, puede convocar una Asamblea Nacional Constituyente con el objeto de transformar el Estado, crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución”.

El artículo 348: “La iniciativa de convocatoria a la Asamblea Nacional Constituyente podrán tomarla el Presidente o Presidenta de la República en Consejo de Ministros; la Asamblea Nacional, mediante acuerdo de la dos terceras partes de sus integrantes; los Consejos Municipales en cabildo, mediante el voto de las dos terceras partes de los mismos; o el quince por ciento de los electores inscritos y electoras inscritas en el registro civil y electoral”. Maduro designó a una comisión presidencial, liderada por Elías Jaua, para que llevaran la propuesta a consulta de las bases populares y esclarecieran todas las dudas sobre el Poder Constituyente Originario.

El abogado constitucionalista Hermann Escarrá, quién también conformó el equipo de trabajo, explicó que no se trataría de elaborar una nueva Constitución e hizo hincapié que se trataba de la reorganización del Estado y adicionar los programas y conquistas sociales para su permanencia en el tiempo con institucionalidad.

«La Asamblea Constituyente como la del 99 de ninguna manera disolverá los poderes, sino que coexistirán con ellos», explicó Escarrá, quien había participado también en la Asamblea Nacional Constituyente de 1999, el último proceso constituyente venezolano aconteció y dio lugar al actual texto constitucional, el cual aumentó el periodo presidencial de cinco a seis años e introdujo la figura de la revocatoria de mandato mediante referéndum para funcionarios electos.

No debemos olvidar el contexto para la fecha, ese fin de semana de las elecciones fue el más violento, los grupos opositores provocaron el asesinato de muchos venezolanos, las muertes fueron brutales, sanguinarias crueles, sembraban el terror en la población civil,tratando de evitar el acto electoral.

Hay que recordar la gesta heroica del pueblo que cruzó ríos y sorteó paramilitares y guarimbas para llegar a los centros de votación. Por primera vez en la historia hubo centros electorales de contingencia por la violencia opositora que quería impedir el voto amenazando a los votantes e impidiéndoles el libre tránsito.

Es de destacar el caso emblemático  en la contingencia, tuvo que habilitarse El Poliedro de Caracas, con mesas de votación para hacer posible que las personas a las que se les impedía llegar a sus centros de votación, ejercieran su derecho a elegir. A este centro también acudieron a sufragar, electores de algunos centros de votación de las parroquias El Valle, La Vega y El Paraíso del municipio Libertador, sectores que al igual que los municipios mirandinos El Hatillo, Chacao, Baruta y Sucre en los últimos meses habían sufrido focos de violencia promovidas por la oposición venezolana.

Este episodio de nuestra historia, muestra el material del que estamos hechos los venezolanos, la valentía demostrada y el desenfreno por lograr mantener el proceso revolucionario distingue este capítulo como uno de los más simbólicos de dignidad y soberanía del pueblo venezolano. Por eso y más, no solo se trata de no olvidar, es más bien un recordatorio permanente y muchos motivos adicionales  para celebrar el 1ero de mayo.

Prensa Digital MippCI

 

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