Investigadores mexicanos indagan sobre crematorios del Ejército y privados, donde “probablemente” habrían sido llevados 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa, divulgó Prensa Latina.
Jorge Montemayor, del Instituto de Física de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y Pablo Ugalde, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), son los encargados de tal estudio.
Ambos científicos refutaron en diciembre pasado la versión de la Procuraduría General de la República (PGR), la cual afirmó que los 43 normalistas fueron incinerados en un basurero del municipio de Cocula, estado de Guerrero.
Señalaron que la versión de la PGR carecía de base científica y de sustento en hechos y/o fenómenos físicos o químicos naturales, pues, por ejemplo, “si los 43 cadáveres se hubiesen quemado con pura leña, hubiesen necesitado un promedio de 33 toneladas de troncos de árboles de unas cuatro pulgadas de diámetro”.
También indicaron en diciembre anterior que de haberse efectuado la quema de cuerpos con neumáticos, además de necesitarse una cantidad cercana al millar, “tal quemazón hubiese dejado una inmensa columna de humo que difícilmente pasaría inadvertida, pues se podría haber visto desde 10 kilómetros de distancia”.
“La hipótesis es que los estudiantes pudieron haber sido incinerados en crematorios modernos del Ejército o de empresas privadas, con instalaciones suficientemente grandes y con morgue”, dijo Montemayor.
Los investigadores comenzaron a buscar información sobre la actividad de los crematorios militares, no solo por medio de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), sino por dos vías más: la fiscal y la empresarial.
Montemayor subrayó que los documentos los entregó con firmas para que “aún en caso de que me quieran hacer resbalar con una cáscara de plomo, de cualquier forma el asunto siga adelante”.
Este investigador se muestra comprometido en el esclarecimiento del destino de esos 43 normalistas víctimas de la desaparición el pasado 26 de septiembre.
Ciudad Caracas
