Jefe de Estado venezolano rindió tributo a Monseñor Óscar Arnulfo Romero

El Jefe de Estado venezolano, Nicolás Maduro, rindió tributo este domingo a la lucha de Monseñor Óscar Arnulfo Romero, un sacerdote católico y hombre del pueblo, quien dirigió su labor en la defensa de los derechos humanos durante la guerra civil que abatió a El Salvador.

«Poco antes de las 6:30 pm del #24Mar de 1980, una bala segó la vida del Monseñor Óscar Arnulfo Romero cuando oficiaba una misa en El Salvador. 39 años después su asesinato sigue impune. Un hombre de Dios que luchó por el derecho de los campesinos. ¡Bendícenos en las causas justas!», escribió el Jefe de Estado en la red social Twitter @NicolasMaduro.

Hace 39 años en el suelo de la Capilla del Hospital La Divina Providencia, en la capital de El Salvador, cayó el cuerpo sin vida del Monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, tras ser impactado por una bala disparada por un francotirador.

Todo ocurrió alrededor de las 6:20 de la tarde del 24 de marzo de 1980. Romero oficiaba una misa; su único delito fue alzar la voz por el fin de la guerra civil en El Salvador y dar refugio a los campesinos desplazados por la represión.

Durante sus homilías denunciaba los atropellos contra los derechos de los campesinos y de los obreros, por lo cual fue además blanco de las campañas de descrédito. No escapó de los insultos ni de las calumnias por defender el derecho de los más pobres.

«En nombre de Dios y de este pueblo sufrido, les pido, les ruego, les ordeno, en nombre de Dios, cese la represión», expresó un día antes de su asesinato.

En diversas oportunidades Monseñor Romero y Galdámez manifestó su repudio y criticó la ayuda del gobierno de Estados Unidos a la dictadura en su país.

«Si denuncio y condeno la injusticia es porque es mi obligación como pastor de un pueblo oprimido y humillado», fue una de las frases más célebres de Romero.

En 2016, Monseñor Arnulfo Romero fue declarado beato por el Vaticano, luego de un proceso que inició la iglesia salvadoreña en marzo de 1994.

Dicho decreto reconoce el «martirio» de Romero y Galdámez in odium fidei, es decir, que fue asesinado por «odio a la fe» y por tanto sin necesidad de un milagro.

El 7 de marzo de 2018, el Papa Francisco aprobó la canonización del sacerdote salvadoreño, la cual se efectuó el 14 de octubre de ese mismo año en el Vaticano.

Prensa Digital MippCI/AVN

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