La Carta de Jamaica sigue siendo la guía del proyecto integrador en América

Foto: Archivo MinCi
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Kingston, Jamaica.- En forma de misiva, escrita por cortesía —según él mismo lo expuso—, el Libertador Simón Bolívar legó a la posteridad uno de los documentos más reveladores desde el punto de vista político, filosófico y geoestratégico, de América. Contestación de un americano meridional a un caballero de esta isla, es el título de la epístola bolivariana que hoy conocemos como Carta de Jamaica, documento que este 6 de septiembre conmemora su bicentenario.

La historiadora y legisladora venezolana, Carmen Bohórquez comenta que la Carta de Jamaica es sin lugar a dudas un hito importante del pensamiento del Libertador Simón Bolívar, donde reflexionó y expuso inquietudes visionarias, aun y el estado de ánimo que le invadía, dado que se encontraba en el exilio tras la pérdida de la II República.

«Él se ve confrontando a una serie de dilemas que todavía no tenía resueltos con respecto a la propia orientación de la lucha emancipadora», comenta Bohórquez.

Algunas de las razones —considera la historiadora— que pudieron llevar a la introspección del Libertador, obedecía al dilema de la identidad política y la identidad religiosa, considerando que en la sociedad de la época, fuertemente influenciada por el catolicismo, ir contra el régimen monárquico era considerado una afrenta a la iglesia: «Las lealtades aprendidas eran motivo de confrontación interna para Bolívar».

Las ideas que eran analizadas por el Libertador, le llevan —acota Bohórquez— a definir mejor su estrategia de liberación, por eso la Carta de Jamaica es «el primer ejercicio de reflexión que hace sobre lo hecho anteriormente en la campaña independentista y los planes futuros que se avizoraban, porque incluso es un primer gran momento de reflexión sobre su papel como líder principal de la lucha independentista».

Para Bohórquez, en la Carta de Jamaica se denota el empeño del Libertador por ahondar en reflexiones sobre la identidad americana, el pequeño género humano que representa los ciudadanos de este continente. ¿Quiénes somos?, se preguntaba Bolívar.

Desarrolla también una idea: la unidad continental de todas las provincias, y allí reafirma el carácter necesario, imprescindible, de que para lograr esa unidad era necesario asumirla como garantía de supervivencia.

«La Carta de Jamaica, a 200 años, sigue siendo un proyecto por construir», una guía para la unión americana, un mapa de ruta que, con organismos como la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) o la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), viene a concretarse.

«Hemos descubierto que unidos podemos superar diferencias individuales. La Carta de Jamaica es hoy día un proyecto por cumplir».

Marynés Ladera

 

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