La oposición venezolana «luce ahora débil y disgregada» para el diario estadounidense El Nuevo Herald, uno de los medios internacionales más cercanos a la derecha en el país.
El pasado 5 de febrero fue aprobada por mayoría parlamentaria la solicitud de investigación al partido de derecha Primero Justicia (PJ) por presuntos hechos de corrupción en el manejo de fondos provenientes de donaciones no declaradas al Consejo Nacional Electoral, ni al fisco.
A este hecho se le suma, entre otras irregularidades, el caso del diputado Juan Carlos Caldera, expulsado de las filas de PJ luego de que se reveló un vídeo en el que recibía dinero ilícito para su candidatura a la alcaldía del municipio Sucre.
En este contexto el diario, con sede en Miami, señala que la oposición venezolana está dispersa «y sus decisiones parecen obedecer más a intereses particulares que a un verdadero deseo de mantener la unidad».
En la nota, publicada en el portal web del diario, se recomienda que la coalición de derecha «debe ser sometida a una profunda revisión».
Para el diario, reconocido por su feroz campaña en contra del gobierno del presidente Hugo Chávez, la derecha debe «dejar de lado las maniobras para tratar de beneficiar sólo a algunos partidos», aunque no especifica a qué toldas se refiere.
El rotativo, vinculado a la mafia cubanoamericana que apoya a la oposición venezolana, duda que la derecha en el país aún esté en condiciones de «hacerle frente al chavismo».
Desde la creación de la denominada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), en 2008, han sido evidentes las diferencias entre los partidos que la integran, las cuales se hicieron más notorias durante la campaña presidencial del 2012, que se caracterizó por divisiones, expulsiones y enfrentamientos.
«La plataforma de la oposición, que entró en una profunda depresión después de los resultados de las elecciones presidenciales de octubre, terminó estancándose después de los comicios regionales de diciembre», sentencia el artículo, en referencia al triunfo de la Revolución Bolivariana con más de 8 millones de votos en las presidenciales y la victoria arrasante en las regionales, que permitió ganar 20 de las 23 gobernaciones en disputa.
AVN
