Petare, Caracas «Nosotros, hijos de Chávez, hemos quedado encomendados de la tarea de sanear a la sociedad venezolana y librarla de la violencia, de la criminalidad, de la droga, de la inseguridad y de la muerte. ¡Basta ya de violencia!».
Fueron palabras del presidente encargado de la República Bolivariana de Venezuela, Nicolás Maduro, el pasado 11 de marzo, luego de cumplir con su inscripción ante el Consejo Nacional Electoral para aspirar a la Presidencia de la República, con la idea de culminar el período que no pudo cumplir el comandante supremo de la Revolución, Hugo Chávez.
Como muestra de este empeño, este domingo Maduro llega para hablar con los jóvenes a la zona 10 del barrio José Félix Ribas, en Petare, municipio Sucre del estado Miranda, ubicado en el este de la zona metropolitana de Caracas y considerado el barrio más grande de América Latina, fundado hace más de 50 años y con índices de violencia muy elevados.
Atender el problema no sólo requiere del esfuerzo de quien dirige el Ejecutivo nacional o de las instituciones del Estado, se trata de un problema estructural que necesariamente implica el trabajo en equipo, de allí que ese 11 de marzo, ante una multitud de patriotas bolivarianos congregados en la plaza Diego Ibarra, contigua a la sede del ente comicial, el encargado de la República anunció que la próxima semana iniciaría acciones coordinadas para el desarme progresivo en las barriadas.
«Yo le he pedido que vayamos muy pronto al barrio más peligroso que pueda haber en Petare, que vayamos sin armas, a pie, con nuestro pecho así, con nuestro pecho despierto, abierto, sin miedo; a hablar con esos jóvenes y a decirles que cese la matanza, que cesen sus armas, que vengan aquí con Cristo redentor, ese problema tenemos que resolverlo», dijo un reflexivo Maduro que hoy cumplió su palabra.
Y en la tarde de este domingo, cumpliendo su palabra empeñada ante miles, el presidente Maduro inaugura una cancha deportiva y dirige un conversatorio con jóvenes de la comunidad para abordar el tema de la violencia.
Por Marynés Ladera
