Recuperación de nieto de Estela de Carlotto afianza reparación de DDHH en Argentina

Argentina, y en especial las Abuelas de la Plaza de Mayo, celebra este martes un triunfo más al haber encontrado a uno de los nietos apropiados por la dictadura militar que rigió en el país suramericano entre 1976 y 1983, hecho que significa una reparación para toda la sociedad de este país.

Tras 36 años de haber sido arrancado de las manos de su madre, Laura Estela Carlotto, Guido volvió a encontrarse consigo mismo, con parte de su familia, ha vuelto a encajar en su lugar, en esa pieza que no entendía.

Guido es el nieto de Estela de Carlotto, la presidenta de la organización Abuelas de Plaza de Mayo, quien comenzó su lucha incansable por la reparación de las víctimas de la dictadura tras el secuestro de su esposo, Guido Carlotto, en agosto de 1977, y la posterior desaparición de su hija Laura en noviembre de ese mismo año, cuando la joven contaba con dos meses y medio de embarazo.

«Esto es para los que todavía dicen basta, esto es para los que todavía dudan si es que hacemos bien, para aquellos que pretenden que olvidemos y demos vuelta a la página como si nada hubiese pasado. Esto, para los buenos argentinos, es una reparación para él, para nuestra familia, pero también para la sociedad en conjunto», expresó Carlotto, en rueda de prensa transmitida por Telesur.

De acuerdo a investigaciones, Guido, el nieto 114 recuperado de alrededor de 500 niños apropiados, nació el 26 de junio de 1978 en el Hospital Militar de Buenos Aires, cuando su madre estaba detenida clandestinamente.

El nieto de Estela se presentó voluntariamente para una prueba de ADN debido a que tenía dudas sobre su identidad, informó a medios argentinos, el secretario de Derechos Humanos de la provincia de Buenos Aires, Guido Carlotto, tío del joven.

La jueza María Servini de Cubría fue quien ordenó el cotejo de pruebas de ADN del joven que fue apropiado por un militar de alto rango.

Madres y Abuelas
Durante la dictadura militar en Argentina, la apropiación ilegal de recién nacidos formó parte del plan sistemático de desaparición de personas aplicado por represores.

Frente a ello, nacieron dos organizaciones de derechos humanos que luchaban por las víctimas de la dictadura, en especial por los niños apropiados y por las personas detenidas-desaparecidas: Las Abuelas de Plaza de Mayo y las Madres de Plaza de Mayo.

Nacidas durante el período dictatorial, ambas organizaciones luchan por los derechos humanos, denuncian los actos terroristas de la dictadura y reivindican la lucha de aquellos desaparecidos por el régimen de facto.

Las Abuelas luchan por la restitución de los hijos de los desaparecidos por los represores, que siendo bebés fueron secuestrados por los militares y entregados a otras familias.

Con el fin de localizar a los menores sustraídos, las Abuelas cuentan con equipos técnicos integrados por profesionales en niveles jurídico, médico, psicológico y genético. De hecho, la organización cuenta con un Banco de Datos Genéticos, que contiene los mapas genéticos de todas las familias con niños desaparecidos durante la dictadura, a fin de verificar las muestras sanguíneas.

Con un objetivo similar, las Madres de Plaza de Mayo nacieron el sábado 30 de abril de 1977. Era un grupo de 14 mujeres -madres de familia- que decidió enfrentarse a la férrea dictadura para exigir información sobre hijos y familiares desaparecidos.

Lideradas por Azucena Villaflor, las Madres tomaron la decisión de ir a la Plaza de Mayo, situada frente a la Casa Rosada, sede del Gobierno central argentino. Su objetivo inicial era poder tener una audiencia con el presidente de facto argentino Jorge Videla.

Sin contar con una respuesta por parte de la dictadura, comenzó la persecución a las madres para hacer callar su demanda, para lo cual secuestraron, y posteriormente asesinaron, a varias de sus representantes, entre ellas, Esther Ballestrino y María Ponce

Una vez que Argentina retornó a la democracia, con la elección del presidente Raúl Alfonsín en 1983, éste promulgó las leyes de amnistía Punto Final y Obediencia Debida, en 1986 y 1987, respectivamente, que establecían la prescripción en contra de los imputados por los delitos de desaparición forzada de personas durante el gobierno de facto.

Posteriormente, el entonces presidente Carlos Menem (1989-1999) otorgó indultos a los pocos responsables de la última dictadura militar que habían sido juzgados y condenados.

Represores
La llegada del gobierno de Néstor Kirchner, en 2003, marcó el cambio, al darle carácter de política de Estado el tema de los Derechos Humanos.

Bajo su mandato, se dio inicio a los juicios contra los represores de la dictadura. Para entonces, el mandatario derogó las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, y los indultos otorgados por Menem.

En junio de 2005, la Corte Suprema de Argentina declaró inconstitucionales las dos leyes y comenzó los juicios contra los represores responsables e implicados por la represión política, torturas, desapariciones y ejecuciones sumarias.

A la fecha, los enjuiciados por delitos de lesa humanidad ascienden a 1.128, de quienes 605 cuentan con una o más causas elevadas a juicio pendientes de comenzar.

De acuerdo con la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, en los últimos años se produjeron 529 condenas.

La búsqueda continúa
Para Estela de Carlotto, la búsqueda de los otros nietos «es una misión de todos. Son argentinos desaparecidos vivos esperando».

El llamado de este martes a las Abuelas de Plaza de Mayo a no rendirse ni desanimarse en la búsqueda de sus familiares fue otras de las aristas que marcó la pauta.

Carlotto llamó, además, a la sociedad argentina a no darle cobijo a esas personas que promovieron este tipo de acciones durante la dictadura, para que que esta historia no se repita en futuras generaciones.

«Los chicos están, más cerca o menos, pero están», dijo en sus declaraciones.

AVN

Send this to a friend