Reinaldo Iturriza analizó el chavismo y el momento actual del país

Reinaldo Iturriza

Ayer, en el Centro Nacional de la Historia, Caracas, en la Cátedra Federico Brito Figueroa, el sociólogo Reynaldo Iturriza hizo un recuento histórico sobre el chavismo como cultura política y sus claves historiográficas.

En este sentido, “no podemos permitir que se desmoralice el chavismo como cultura política, como pretende lograr la oposición con la feroz guerra económica que mantiene contra nuestro pueblo desde hace varios años”, sentenció Iturriza.

Este autor, bolivariano y martiano, ve el chavismo como un nuevo paradigma, una nueva categoría de análisis de lo latinoamericano, referente obligado para las nuevas generaciones.

Iturriza expresa que el verdadero pueblo chavista no sigue grupos de personas, sino ideas, y no busca un beneficio o prebenda económica; por lo contrario, es defensor de sus convicciones.

Analizó que la Revolución Bolivariana, desde su reactivación o resurgimiento en los años noventa, trajo consigo una nueva cultura política e ideológica: el chavismo, caracterizado por el empoderamiento del pueblo, Poder Popular, propio de la democracia participativa que nace en Venezuela por primera vez con el Comandante Chávez.

Iturriza enfatizó que siempre hay que tener presente el carácter participativo de la Revolución, y permitir la participación popular, escuchar al pueblo, porque, de lo contrario, «estaríamos repitiendo errores del pasado, pareciéndonos a lo que combatimos históricamente”.

Señaló que otra cualidad fundamental de chavismo es su carácter antiimperialista, «si renunciamos a la necesidad de construir hegemonía popular y democrática, como planteó Chávez y como lo sigue planteando el presidente Maduro, sería una cultura diferente al chavismo”, por lo que el pueblo chavista debe estar opuesto a los intereses de la oligarquía apátrida y plegada históricamente a los intereses imperiales, en su exclusivo y particular beneficio.

En El chavismo salvaje, se plasma ese chavismo rebelde, auténtico, puro, que se sustrae a la práctica clientelar, etc., esos chavistas que están en una situación de minusvalía. “Hoy hay una tendencia muy fuerte a invisibilizar aún más a esos que, a mi juicio, son la esencia de este proceso político (aunque) el chavismo salvaje está en todas partes, hasta en las mesas de diálogo”.

Analizó Iturriza que desde la irrupción de Chávez en la política venezolana, no han cesado los ataques contra este nuevo sistema político, “luego de 2012, el ataque se agudiza de tal manera que nosotros lo que estamos es padeciendo un retroceso de esa sociabilidad que tenía el chavismo, millones de personas que hasta recientemente estaban protagonizando el proceso de construcción de políticas en sus comunidades, del barrio, las vimos haciendo colas, siendo humilladas por los comerciantes del país, padeciendo los rigores del ataque contra la economía nacional”.

Reflejó cómo el imperio estadounidense y sus lacayos locales han generado desde hace varias años una guerra económica contra el pueblo venezolano para desmoralizarlo, abatirlo y distraerlo, logrando que los activistas que participaban en sus comunidades, defendían alguna causa o realizaban alguna actividad constructiva se mantengan ocupados en una cola, buscando el alimento.

Así es cómo la oligarquía apátrida quiere ver al pueblo venezolano, como siempre lo vio: de rodillas, “comenzamos a ver cómo se generalizó el bachaquerismo (…) Lograron estimular los conflictos, el pueblo peleando contra el pueblo por los alimentos” (…) Parte de los desafíos de la actualidad pasan por no permitir que se desmoralice el chavismo como proyecto político, como cultura política, pero pasa también por recomponer fuerzas, y reconstruir hegemonía popular y democrática para reconstruir esos vínculos sociales que se han ido deteriorando durante los últimos años, de solidaridad, tenemos que ser capaces, como fuerza de cambio, de atajar esa tendencia, de neutralizarla”.

En relación al momento actual y a la oposición, el sociólogo reflexionó que, en momentos críticos, el oportunismo tiende a tener un protagonismo mucho más allá del deseable.

Hizo un llamado a que en el chavismo se construya «un discurso que se exprese en todos los órdenes, hay una crisis muy fuerte de liderazgo, la clase política chavista está atravesando un momento muy delicado”, por lo que recomendó profundizar en la práctica del gobierno de calle y elaborar un discurso incluyente para todo el pueblo de Venezuela.

Agregó que considera positivo que en las mesas de diálogo, haya chavistas salvajes y oficialistas. “Ojalá que la mesa logre encauzar al antichavismo, que en su mayoría quiere la paz, solo una minoría del antichavismo quería sacar a Maduro de Miraflores con actos violentos; declinaron, o por lo menos no pudieron”.

Prensa Mippci

 

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