Ciudad de Panamá, Panamá.- Para los panameños comenzó la cuenta regresiva, el próximo 10 de abril mandatarios del continente americano se encontrarán en la ciudad de Panamá, la capital del istmo, para debatir en torno a la prosperidad con equidad, el desafió de la cooperación, en la VII Cumbre de las Américas.
Para Juan Carlos Varela, presidente de la nación centroamericana es un orgullo ser «anfitriones de un renovado diálogo hemisférico», al tiempo invita a forjarse como una generación pacífica, solidaria e inclusiva, lo expresa en un spot televisivo que está a la disposición en el portal web de la Cumbre de las Américas.
Cerca de 5.000 agentes están involucrados en plan de seguridad de la cumbre, a la que el Gobierno panameño espera la asistencia de la mayoría de los presidentes de los 35 países del continente. Y más de 2 mil periodistas se han acreditado para dar cobertura y las autoridades estiman que sean cerca de 12 mil personas las que lleguen a Panamá.
Oficialmente, hasta este momento, solo dos mandatarios han ofrecido excusas por no poder asistir a la cumbre, se trata de Michelle Bachelet, de Chile, y Roosevelt Skerrit, primer ministro de Dominica.
Los focos de atención
La historia y sus azares permitieron que el istmo de América se convierta en el lugar donde se avance hacia el restablecimiento pleno de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, dado que será en esta tierra donde se producirá el encuentro entre el mandatario cubano, Raúl Castro, y el jefe de Gobierno de Estados Unidos, Barack Obama.
Cuba participa por primera vez en esta Cumbre por invitación del Gobierno panameño, pues en 1962 una resolución del grupo hemisférico resolvió excluir a la patria de José Martí.
Aun cuando por presión de los gobiernos progresistas en la región, la OEA dejó sin efecto, en el 2009, la resolución que separaba a la mayor de las Antillas del organismo, Cuba ha ratificado su permanente y absoluto rechazo a un eventual retorno, por tanto se deduce que no suscribirá las decisiones que se tomen en el encuentro de Panamá.
Es justamente esta participación, dado que en diciembre pasado La Habana y Washington anunciaron el avance en las conversaciones para el restablecimiento de relaciones y el anhelado levantamiento del criminal bloqueo a Cuba, lo que hace que las miradas se centren en Panamá.
Pero además, el pasado 9 de marzo Estados Unidos tomó una decisión de emitir una orden ejecutiva que señala a Venezuela como una amenaza para su seguridad nacional, desproporcionada medida que inmediatamente generó el rechazo y la exigencia de la derogatoria de la medida, no solo de los gobiernos latinocaribeños, sino también de la comunidad internacional.
Nils Castro, analista panameño y columnista del diario Página 12 de Argentina publicó recientemente que el Decreto Ejecutivo de Obama no solo es impertinente sino inoportuno, por eso lo califica de «traspié, que pone a la vista todas las cartas de Washington como protagonista visible de la crisis venezolana, destruyéndole la excusa de que los problemas y conflictos existentes en Venezuela se debían al malestar causado por desaciertos de su propio gobierno. Al hacerlo, desnuda a Estados Unidos como potencia intervencionista en las antevísperas de la venidera Cumbre de las Américas, donde la normalización de las relaciones ofrecía una notable oportunidad de reacercamiento con América latina».
Servida la mesa, para la gran prensa lo que ocurra entre Estados Unidos-Cuba y Estados Unidos-Venezuela, es el foco de gran atención en este encuentro.
Foros en la Cumbre
La modalidad de desarrollo de la Cumbre de las Américas conlleva a la celebración de encuentros previos, denominados foros, donde participan representantes de la llamada sociedad civil, jóvenes, empresarios y rectores universitarios.
Todos estos encuentros se celebrarán desde el 8 hasta el 10 de abril, y los organizadores estiman que repartidos en bloques de trabajo y ajustados a temas específicos, las conclusiones de las reuniones serán elevadas a los mandatarios a fin de aportar ideas a la agenda de trabajo o plan de acción a propósito de la prosperidad con equidad.
En estos foros —se quejan organizaciones de izquierda en la región— no se incluyeron con imparcialidad los grupos políticos, por ejemplo en el de la Sociedad Civil las voces de la derecha en América Latina tienen no solo voz sino amplificadores.
La respuesta la tendrán en la Cumbre de los Pueblos que se realizará en la Universidad de Panamá.«Aquí hablará la mayoría», dijo Orlando Beluche, uno de los organizadores del encuentro, según recoge la prensa local.
El secretario de comunicación del Gobierno de Panamá, Manuel Domínguez, ha fungido como vocero y en recientes declaraciones a medios panameño, el funcionario señala: «América Latina y el Caribe tienen temas que nos dividen, pero muchos que nos unen, y queremos lograr un plan para atacar problemas comunes en las próximas dos décadas».
La Cumbre de las Américas se celebrará en el Centro de Convenciones de Atlapa, espacio renovado para la cita.
Por Marynés Ladera
