Sectores de la derecha insisten en deslegitimar al sistema electoral venezolano

El periodista José Vicente Rangel advirtió este domingo que existe un sector de la oposición que tiene como objetivo cuestionar, “no solo el proceso electoral y la predecible victoria de Hugo Chávez el próximo 07 de octubre, sino deslegitimar el sistema de elecciones venezolano, pieza fundamental de la democracia bolivariana”.

Durante su programa José Vicente Hoy, transmitido por el canal privado Televen, reveló que existe un trasfondo con la logística que garantiza el montaje, mediante una “poderosa ayuda internacional, como nunca se vio en el país, y el empleo a fondo de los medios de comunicación, con la particularidad de que la oposición imputa al gobierno de Chávez lo que ella hace descaradamente”.

Otro aspecto que José Vicente Rangel califica como letal lo constituyen los movimientos conspirativos “que se adaptan a través de la política militar destinada a desestabilizar a la institución, y en la preparación de grupos de acción para operar en la calle tan pronto se conozcan resultados adversos”.

Indicó que es evidente la existencia de una trampa montada cuidadosamente por los sectores ultra de la oposición, “ante la pasibilidad de los demócratas que, en su seno se inhiben, como ya ocurrió con los planes golpistas del fede-carmonismo en el 2002 y cuando tomaron la decisión de abstenerse en las parlamentarias”.

Dijo que la estrategia opositora se vale de la prédica constante, tanto en escenarios nacionales como internacionales, “de que en Venezuela gobierna una dictadura, argumento que descalifica globalmente la existencia de democracia en el país y por consiguiente, la legitimidad de los poderes públicos”.

Asimismo, señaló que este sector de la oposición insiste en señalar que el la tecnología del sistema electoral venezolano “facilita tácticas de amedrantamiento, discriminación de los ciudadanos y control del voto”.

Esta ofensiva brutal contra el CNE, denunció, intenta presentar al organismo electoral “como un instrumento del Gobierno o alguien al que hay que pagarle por el peso que tiene la campaña de Capriles”, calificación que a su juicio “es un disparo contra el sistema electoral que se ha caracterizado por garantizar la victoria al sector que sea, y la oposición lo sabe de sobra”.

No obstante, manifestó que en esta oportunidad, la campaña tiene un componente que extrema ese comportamiento y lo vincula a la conducta que llevó a la oposición hace diez años a la loca aventura del 11 de abril y el golpe petrolero. La peculiaridad de las actuales elecciones, en su opinión, “es lo que siembra las sospechas”.

El comunicador señaló que este propósito es antiguo, dado que la oposición “ya lo intentó en las elecciones parlamentarias de hace cinco años cuando se abstuvo, con la intención de ofrecer al país y al mundo la versión de que no se podía confiar en el sistema electoral venezolano, hecho que presuntamente abriría las puertas a la desestabilización total”.

En su opinión, la historia se repite en la actualidad, “en el marco del juego a que tienen acostumbrada a su gente, que consiste en aprovechar la condición democrática y las libertades del proceso bolivariano para golpear con temerarias acusaciones el funcionamiento de las instituciones y de quienes las dirigen”.

En ese sentido, alertó que la escalada en su actual etapa centra el ataque sobre el presidente Hugo Chávez mediante la acusación de ventajismo, “argumento objetable que podría aplicarse por igual a los contendientes y que extremado sirve para generar cualquier tipo de reacción ante los resultados del 7 de octubre”.

Insistió en que esta trama subversiva global montada por la derecha, que tiene el mismo sello de la aplicada hace una década, pretende repetirse tanto en Venezuela como en la región. A criterio del periodista, advertir esta situación “es obligante” para quienes están dispuestos a “encarar como sea la amenaza que se cierne sobre la democracia venezolana y el estado de derecho”.

PROYECTOS OPUESTOS

Por otra parte, el periodista sostuvo que los proyectos políticos , sociales, económicos y culturales presentados por los dos grupos en confrontación, son totalmente opuestos. “Es obvio que ambos contendores están claros acerca de lo que se plantean con la diferencia que uno, el chavismo, respeta al árbitro y a las reglas del juego, mientras que el otro, el caprilismo, no lo hace”, apuntó Rangel.

Apuntó que pese a todo lo que digan en el sector contrario al Gobierno, “resulta cuesta arriba negar que en la historia de nuestros procesos electorales la oposición jamás contó con tanto respeto como el que ha tenido a partir de 1999”.

Consideró que, así como el chavismo muestra una vez más su condición democrática, Capriles reconoce sus expresiones antidemocráticas: “El chavismo se acoge a legalidad democrática y la respeta, en tanto que el caprilismo no pierde ocasión para quebrantarla”. Además, añadió que el sector revolucionario “es celoso guardián de la Constitución Bolivariana”, mientras que el grupo opositor “la usa y en el fondo la desprecia como lo demostró cuando votó contra ella y luego la violó el 11 de abril de 2002”.

Correo del Orinoco

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